^^
Llorar es una acción muy común. Todos alguna vez de nuestra vida lo hemos hecho, tanto sea por dolor, como por alegría, odio, amargura, sufrimiento, frustración, pena, rabia… o simplemente como vía de desahogo.
No existe un día en el que decides “hoy voy a llorar” es algo que sale en ese instante, sin ser provocado.
Si es un momento de tristeza, dolor o similar, algunos aguantan estar en público y resisten hasta que la esperada noche llega hasta sus habitaciones para dejar un río de lágrimas caer hacia su almohada. Otros en ese momento sueltan lo que sienten, o simplemente no pueden resistirse más y explotan. Intentan pasear distraerse con algo, pero llega un tierno abrazo y no pueden mantener el botón en Off, y caen, caen lágrimas desesperadamente empapando el hombro de esa otra persona que esta apoyándote, sosteniéndote.
Ese momento es indescriptible, estás protegido, te sientes tan débil, pero no te derrumbas, sientes manos que te apoyan, y otras que te tocan por la espalda, te llaman y te miran a los ojos diciéndote “no te preocupes” o te sonríen y sueltan un “no eh? No ¬¬”…. O sueltan algún chiste fácil que se les ocurre para hacerte sonreír, y lo consiguen. Y tú aunque sea poco, en ese momento, te sientes tan extrañamente querido que es algo inexplicable, sientes el calor del amor, del amor que siendo algo abstracto que no puedes tocar, sientes, lo sientes muy, muy cerca, muy próximo a ti, ahí, físicamente representado, en, en ángeles.
Pero los ángeles también lloran.
He oído, leído, y visto llorar a miles de personas; conocidos, compañeros, amigos, familiares, desconocidos… siempre te causa pena, que lloren porque algo les ha ocurrido, porque no pueden más, porque se sienten sin fuerzas, porque de repente tienen una mala racha, por la pérdida de alguien, por… por mil y una razones, pero a veces, hay algunas que te sorprenden.
Sé que he leído como esos ángeles me han dicho “he llorado, estoy llorando”, pero no los había visto. Detrás de esa faceta ruda que tienen, detrás de esa fuerza descomunal que tanto admiro… están protegidas esas lágrimas que he visto.
Cuando oí a ese ángel llorar, a ese en particular en el que voy a centrarme, sentí un dolor en mi pecho, y juro que esa sensación no la había experimentado, porque después de oír que justo ese ángel casi nunca llora, que lo escuches derramar lágrimas, que oigas su voz entrecortada, me causó un dolor que no puedo explicar con claridad… Como si mi corazón se encogiera, sin saber que decir, tartamudeando, guardando silencio, mientras mis ojos miraban a la nada atónitos… No sé…
Sentí inutilidad, tanto que tuve que llamar a otro para que pudiera socorrerlo porque no me sentí capaz, no en ese momento, no podía tenerlo a mi lado para actuar como él lo hizo cuando a mi me ocurrió lo mismo…
Solo el hecho de pensar en que si sacaba ese tema se pondría así… me entraba miedo de no estar a la altura como él lo estuvo para socorrerme, protegerme, sentirme segura en ese instante… Pero, salió, y no solo ese si no otro del que nunca hemos hablado, y volvió a llorar, en la oscuridad de la noche, mientras yo lloraba, ese ángel tan hermoso también lo hacía, y pese a no ver casi nada, las luces del exterior me permitieron ver un segundo su rostro, y como no sabía que decir, mientras nuestras manos estaban sujetas, decidí darle el abrazo…
Un abrazo que me marcó, porque por mucho que ese ángel fuera tan fuerte, esa imagen de fortaleza a la que quiero llegar se desplomó un segundo, y cuando mi cara rozó la suya un par de segundos sentí su húmedo rostro a causa de las lágrimas y no pude contener las mías.
No sé si estuve a la altura, y si no fue así, perdóname. Es una experiencia que no he había soltado y hoy, al recordarlo, necesitaba extraerlo de mi. No para abandonarlo, por supuesto que no, ese recuerdo queda en mi mente, queda en mi corazón, sino para demostrarte lo que significó para mí.
Por eso desde ese día, cada vez que le veo, aunque no sea físicamente, siento un sentimiento de felicidad enorme, por a ver avanzado tanto en nuestra relación, tanto en esta amistad que cada día aumenta más. Y tanto tú como esta amistad es cada día más Bonita. ^^
Los ángeles, criaturas con interiores tan hermosos, compartir una vida rodeado de ellos es lo más maravilloso que puedes tener. Y yo la tengo, y lo adoro, esos momentos han sido inolvidables, los buenos y los malos. Ambos han hecho una unión más fuerte, una relación que solo el hecho de saber que está ahí, me hace sonreír.
Por ello, No hay sensación más maravillosa que ser despertada entre ángeles.
Créeme, yo lo he vivido, repetidas veces, y es lo más que echo de menos, despertarme, ver una sonrisa, sentir un cálido abrazo, o ver sus caritas con los primeros rayos del sol, es una emoción única y hermosa.
x.o
Zynexa.^^
No existe un día en el que decides “hoy voy a llorar” es algo que sale en ese instante, sin ser provocado.
Si es un momento de tristeza, dolor o similar, algunos aguantan estar en público y resisten hasta que la esperada noche llega hasta sus habitaciones para dejar un río de lágrimas caer hacia su almohada. Otros en ese momento sueltan lo que sienten, o simplemente no pueden resistirse más y explotan. Intentan pasear distraerse con algo, pero llega un tierno abrazo y no pueden mantener el botón en Off, y caen, caen lágrimas desesperadamente empapando el hombro de esa otra persona que esta apoyándote, sosteniéndote.
Ese momento es indescriptible, estás protegido, te sientes tan débil, pero no te derrumbas, sientes manos que te apoyan, y otras que te tocan por la espalda, te llaman y te miran a los ojos diciéndote “no te preocupes” o te sonríen y sueltan un “no eh? No ¬¬”…. O sueltan algún chiste fácil que se les ocurre para hacerte sonreír, y lo consiguen. Y tú aunque sea poco, en ese momento, te sientes tan extrañamente querido que es algo inexplicable, sientes el calor del amor, del amor que siendo algo abstracto que no puedes tocar, sientes, lo sientes muy, muy cerca, muy próximo a ti, ahí, físicamente representado, en, en ángeles.
Pero los ángeles también lloran.
He oído, leído, y visto llorar a miles de personas; conocidos, compañeros, amigos, familiares, desconocidos… siempre te causa pena, que lloren porque algo les ha ocurrido, porque no pueden más, porque se sienten sin fuerzas, porque de repente tienen una mala racha, por la pérdida de alguien, por… por mil y una razones, pero a veces, hay algunas que te sorprenden.
Sé que he leído como esos ángeles me han dicho “he llorado, estoy llorando”, pero no los había visto. Detrás de esa faceta ruda que tienen, detrás de esa fuerza descomunal que tanto admiro… están protegidas esas lágrimas que he visto.
Cuando oí a ese ángel llorar, a ese en particular en el que voy a centrarme, sentí un dolor en mi pecho, y juro que esa sensación no la había experimentado, porque después de oír que justo ese ángel casi nunca llora, que lo escuches derramar lágrimas, que oigas su voz entrecortada, me causó un dolor que no puedo explicar con claridad… Como si mi corazón se encogiera, sin saber que decir, tartamudeando, guardando silencio, mientras mis ojos miraban a la nada atónitos… No sé…
Sentí inutilidad, tanto que tuve que llamar a otro para que pudiera socorrerlo porque no me sentí capaz, no en ese momento, no podía tenerlo a mi lado para actuar como él lo hizo cuando a mi me ocurrió lo mismo…
Solo el hecho de pensar en que si sacaba ese tema se pondría así… me entraba miedo de no estar a la altura como él lo estuvo para socorrerme, protegerme, sentirme segura en ese instante… Pero, salió, y no solo ese si no otro del que nunca hemos hablado, y volvió a llorar, en la oscuridad de la noche, mientras yo lloraba, ese ángel tan hermoso también lo hacía, y pese a no ver casi nada, las luces del exterior me permitieron ver un segundo su rostro, y como no sabía que decir, mientras nuestras manos estaban sujetas, decidí darle el abrazo…
Un abrazo que me marcó, porque por mucho que ese ángel fuera tan fuerte, esa imagen de fortaleza a la que quiero llegar se desplomó un segundo, y cuando mi cara rozó la suya un par de segundos sentí su húmedo rostro a causa de las lágrimas y no pude contener las mías.
No sé si estuve a la altura, y si no fue así, perdóname. Es una experiencia que no he había soltado y hoy, al recordarlo, necesitaba extraerlo de mi. No para abandonarlo, por supuesto que no, ese recuerdo queda en mi mente, queda en mi corazón, sino para demostrarte lo que significó para mí.
Por eso desde ese día, cada vez que le veo, aunque no sea físicamente, siento un sentimiento de felicidad enorme, por a ver avanzado tanto en nuestra relación, tanto en esta amistad que cada día aumenta más. Y tanto tú como esta amistad es cada día más Bonita. ^^
Los ángeles, criaturas con interiores tan hermosos, compartir una vida rodeado de ellos es lo más maravilloso que puedes tener. Y yo la tengo, y lo adoro, esos momentos han sido inolvidables, los buenos y los malos. Ambos han hecho una unión más fuerte, una relación que solo el hecho de saber que está ahí, me hace sonreír.
Por ello, No hay sensación más maravillosa que ser despertada entre ángeles.
Créeme, yo lo he vivido, repetidas veces, y es lo más que echo de menos, despertarme, ver una sonrisa, sentir un cálido abrazo, o ver sus caritas con los primeros rayos del sol, es una emoción única y hermosa.
x.o
Zynexa.^^
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